Falsos sentimientos

Lo siento en mi cabeza. Finas agujas que se introducen en mi craneo como si fuesen aguijones clavándose en la piel. Pruebo a cerrar los ojos y a trazarme círculos en las sienes pero no consigo el alivio deseado. El ruido a mi alrededor intensifica la sensación y yo pienso que en este momento el silencio sería una bendición, tanto si se callara el jaleo creado por las personas que tengo al lado como el martilleo de mi cabeza. Ultimamente muchos días son así. Malestar de cabeza y de corazón. Un fino hilillo de dolor en mi mente y en mi pecho. Lágrimas escondidas tras una máscara de sonrisas. Sentimientos enterrados en mentiras. Pestañeos y pelo suelto por el rostro para la mirada apagada. Día tras día es una sucesión de lo que parecen noches y mañanas, tiempo infinito. Esperando a que un amanecer me despierte con la cabeza despejada y el corazón aliviado.

Como son las rosas

Porque como todas singularidad y belleza única que merece la pena, las rosas tienen espinas. Pero aún así te arriesgas a cogerlas igual que te atreves a tomar decisiones difíciles en la vida. Podrás disfrutar de su fragancia y alegrar tu vista así como tienes un momento feliz después de hacer la elección que considerabas correcta. Y saber que aún con pinchazos sangrantes en los dedos, la sonrisa pura que se dibuja en tu rostro hace que hayan valido la pena. Aunque su existencia luego sea efímera, igual que la verdadera felicidad compuesta de apenas unos instantes de pura dicha, te quedará su recuerdo. Un recuerdo alegre, agridulce, melancónico, elegante, sutil y hermoso. Más o menos como suelen ser los recuerdos, al menos la mitad de ellos, y también como son más o menos las rosas.