domingo, 28 de octubre de 2012

No hay nada más duro que la búsqueda de una solución

No puedo más. Cada vez que observo mis recuerdos siento una punzada en el pecho, justo a la altura del corazón. Se forma  un nudo en mi garganta que me impide respirar adecuadamente. Mi cabeza comienza a dar vueltas y no soy capaz de controlarme. Las lágrimas luchan por cual saldrá primero de mis ojos para caer después por mis mejillas. Cuando levanto las manos para limpiarme las lágrimas las noto frías aunque han estado en los bolsillos de mi sudadera todo el tiempo. No soporto esta situación en la que es imposible dar marcha atrás pero tampoco conseguimos avanzar en ninguna dirección. Por mas soluciones que proponemos ninguna parece funcionar y empiezo a pensar que quiza sea verdad eso que dicen de que no todo tiene solución en la vida. Sin embargo por mucho que me duela esta situación y sea más facil simplemente ovidar todo el tiempo que hemos pasado juntos y fingir no habernos conocido me niego a hacerlo. En una ocasión me di por vencida y la perdida y el olvido aunque fueron la solución mas sencilla no fue la mejor. Esta vez lucharé hasta que lo arreglemos o hasta que acabemos tan hartos que nos sea fisica y mentalmente imposible continuar. No deseo recuperar lo de antes y volver al pasado. Solo deseo empezar de nuevo.

sábado, 27 de octubre de 2012

Hoy el cielo ha amanecido completamente oscuro, sin filtrarse ni un solo rayo de Sol através de las nubes negras. Esta madrugada ha llovido porque las calles están mojadas aunque por suerte aun no han empezado a caerse las hojas y no hay peligro de que alguien se resbale yendo medio dormido. Me he olvidado el paraguas en casa así que espero que no llueva durante el camino de vuelta que siendo sincera no se en que momento será. Tengo el estomago cerrado, un nudo en la garganta y ganas de taparme entera con una manta y no asomar la cabeza hasta dentro de dos semanas. Mas que parecerse a estar enferma se parece a un presagio de un mal día. Los días nublados como hoy tienen efectos negativos en mí como ponerme de mal humor o simplemente deprimirme. Esta mañana temprano he encontrado una pestaña y he hecho lo típico de pedir un deseo, uno tan sencillo como que el día vaya bien. La verdad no creo que se cumpla. Hoy será un día tan malo como el tiempo.

Una mirada hacia el horizonte

El horizonte está de un profundo color naranja con el Sol en un tono amarillo en el centro, iluminando las nubes grisáceas de brillantes rosas, naranjas,  y violetas. Los cálidos rayos me llegan al rostro de forma débil todavía. Pues de no ser el amanecer del Sol sino que hubiese sido su cenit, este habría estado en lo alto del cielo desprendiendo auténtica calidez pero siendo imposible mirarlo sin sufrir daño. Así que me deleito con su vista, con sus colores, con el juego de luces y sombras que crea en el paisaje. El camino delante mía ha adquirido una tonalidad rojiza y las sombras de las piedras que lo decoran se alargan hasta el infinito. El sendero va hacia el Este siendo su fin el principio de un nuevo día. Mientras camino decidida a afrontar todo riesgo que surja, una sonrisa resignada se me dibuja en los labios debido a los recuerdos y al pensamiento de que no tendré de nuevo la oportunidad de disfrutar de un espectáculo semejante.

lunes, 22 de octubre de 2012

Me miró fijamente a los ojos mientras me decía las palabras con su susurro de su voz oscura

-Yo soy el único que conoce tu dolor, tu incertidumbre y soledad. Nada me gustaría más que el tiempo nos perteneciera. Si tú lo deseas te lo diré las veces que quieras: Yo nunca te traicionaré.






 
* del anime uragiri wa boku no namae wo shitteiru

Cadena de vida

Al mirar solo ves un paraje desierto
una tierra suelta y fértil que no alberga a nadie
pues la cadena de cuidados y favores no se cumple
y de la tierra no puede nacer nada si nadie la ayuda.

Has de tener valor para iniciar esa cadena,
para colocar el primer eslabón en la tierra
y que con tus lágrimas se abra la forja al siguiente paso
al de anclar y sujetar esa cadena para permitirla crecer.

Así se irá añadiendo un eslabón tras otro.
Entre tanto las hermosas flores van dando paso al cálido sol
y luego vendrá la caída de las hojas que acabará trayéndo las nevadas
mientras del seno de la tierra nace la vida.

Ya que sus ciclos de vida se alargan más que los humanos
varias décadas habrán de pasar antes de que llegue
el momento de tener que mirar hacia arriba para verlo
pues su altura sobrepasará magestuosamente la tuya.

Se alzará frente a ti en toda su embergadura
con su nudoso tronco de rugosa corteza y
sus ramas entrelazadas en lo alto de la copa
de las que saldrán verdes hojas que no dejarán pasar al sol.

Apenas unos rayos se filtrarán hasta tu rostro
que ya estará marchito por el tiempo de espera
pues ahora es joven pero solo hay una semilla plantada
que años tardará en crecer mientras se forma la cadena.

Aun así se que lo harás con mimo y paciencia,
eslabón a eslabón, estación tras estación,
para que esta tierra de a luz a un ejemplar árbol
del que serás nodriza, tata y madrina.

Así pues mira ahora esta tierra que empieza a resurgir
como si fuese un llameante fénix renaciendo de sus cenizas.
Tú te encargarás de construir la cadena de cuidado y vida
para que este árbol nazca enraizado por fuertes cadenas en esta madre tierra.

martes, 16 de octubre de 2012

A donde te lleva el mar

Voy a la deriva del mar
meciéndome con las olas.
Cierro los ojos, abro las manos,
mientras me dejo llevar por dentro.

Escucho un suave susurro,
la que parece la delicada voz marina.
Apenas un murmullo entre las olas
con ese perlado tono de admirar.

El sol me trae un suave cosquilleo.
La fría brisa contra mi piel
es como una fina tira bordada
de sonrisas, lágrimas, lamentos y alegrías.

Me acerco a la playa,
mis manos se cierran en la arena
y mis ojos se abren al cielo
mientras me alejo del agua.

Me doy la vuelta por última vez,
para observar la agitada marea
que me ha transformado en mi interior
además de cambiar todo a mi alrededor.

Perdida

Sigo paseando incluso cuando empieza a llover. De echo he salido a posta sabiendo lo que iba a pasar. Mi sensación favorita es notar la humedad en el aire, el sonido de la lluvia contra el paraguas y el paso rápido que se adopta para no mojarte los pies. Aunque hay diferencias. Es mejor la lluvia en el bosque que en la ciudad. A mí en concreto me gusta ir a un parquecito a las afueras de la ciudad, cerca del bosque, en el cual, aunque me sienta perdida y sola, también es el único sitio en el que me siento segura. El lugar en el que ordeno mis locos pensamientos y desde el que puedo volver a casa con las cosas más claras. Según la gravedad del problema puedo venir, echar un vistazo a los árboles e irme o venir y estar aquí durante horas pensando y buscando una respuesta. Hoy va a ser un día de los últimos. Han pasado muchas cosas y esta es la única forma que tengo para aclararlos. Al menos espero entender una parte porque esta vez las cosas son difíciles de verdad...

domingo, 14 de octubre de 2012

Al borde del destino

Y miré el cielo y lo supe. Que aunque no estuviese conmigo siempre estaría a mi lado. Con el viento soplándome en la cara podía sentir su presencia apoyándome y dándome fuerzas. Miré hacia las olas que chocaban contra los riscos del acantilado bajo mis pies y vi claramente que ese no era aún mi destino. Me di la vuelta hacia el camino pedregoso que me había traído hasta aquí y regresé dispuesta a avanzar por la difícil elección que acababa de hacer : la vida.


jueves, 11 de octubre de 2012

La loba

Cielo de plata con perlas bordado
que descienden hasta el suelo
cubriéndolo todo con un dulce manto
que acoge mis pies helados.

Entre el blanco puro que todo lo rodea
se extiende una oscuridad al fondo
camuflada entre las largas ramas
donde no llega la luz pero si el alma.

Dos diamantes brillan desde sus profundidades
semejantes a cristales de hielo
con filo acerado y penetrante
que lanzan una mirada de desafío.

Esos ojos de carácter sincero y majestuoso
enmarcados por un rostro de pelaje solemne
coronado por dos oregas elegantemente erguidas
y acabado en un delicado hocico.

Su cuerpo fuerte y decidido
pero ágil y sutil a un mismo tiempo
capaz de derribar cual tigresa de bengala
y capaz de saltar cual cierva de pradera.

Un aura inquietante la rodea
fundiéndola y separándola con el paisaje
en el que encaja debido a su blancura
y en el que reina con su mente cazadora.

Aulla a la luna escondida en el día
a su vez tapado por el invierno.
Llama a sus compañeros de cacería
pues vagan solos en lejanía.

La suave nevada aminoriza su paso
y el tiempo pasa dando lugar a la noche.
Así llega el momento de su verdadera naturaleza
de enseñar los colmillos y mudar la calma.

En sus ojos se refleja la presa
aquella que cazara para sus crías
pues es instinto de la madre loba
que alimenta, protege y nunca abandona.

Así vuelve a velar y alimentar a sus crías
que el próximo invierno estarán ya crecidas
vigilando desde las sombras cubiertas de blanco
con sus ojos de hielo penetrantes y acerados. 

 



Destino frente a la muerte

Esperas pacientemente a que la muerte llegue
desde tu altar pulido en blanco mármol
con las lágrimas cayendo por las arreboladas mejillas
y siendo tragadas por la mueca de tu rostro.

Ves las alas desplegadas y extendidas ante ti
saliendo de la espalda del oscuro emisario
enviado por la señora a la cual aguardas
con el cuerpo en tensión y el corazón agitado.

Aunque es lo que estabas deseando que pasara
ahora no eres capaz de mirar al frente.
El miedo se interpone como un muro entre vosotros
y ya no quieres seguir por ese camino.

Él toma la decisión por ti y extiende su pálida mano,
espera tomar la tuya para cumplir tu deseo
y llevarte al lugar de donde ha venido
junto a su diosa y ama con la que tú querías estar.

Pero el muro de miedo lo disuade de sus intenciones
y en vez de cogerte de la mano para iros
alza la suya hasta tus brillantes ojos
para secar con sus largos dedos las amargas lágrimas.

Alzas la cabeza confundida por ese cambio repentino,
lo justo para que vuestros ojos estén a la misma altura,
pero al hacerlo un escalofrío te recorre entera
pues sus ojos son de cristal, vacíos y sin vida o emoción.

Él no es capaz de verte o sentir lo que tú sientes
pero aun así ha notado la tensión dentro de ti.
Al mirarlo de nuevo descubres que es solo un esclavo,
un alma abandonada controlada por la muerte.

Levantas tus manos hacia su rostro inexpresivo,
pero la sorpresa inunda el tuyo al tocarlo
pues un leve roce lo ha agrietado y partido
extendiéndose por su cuerpo hasta ser solo polvo.

Vuelves a estar sola en tu altar, pero ahora es diferente.
Ya no quieres abandonar y que la muerte venga a por ti,
prefieres seguir en este mundo y luchar tu misma
hasta que el destino os ponga a la diosa y a ti cara a cara.

 


martes, 9 de octubre de 2012

Una pequeña ventana

Noto los cálidos rayos del sol en mi mejilla, pasando através del cristal de la pequeña ventana. Tengo suerte de ser alta ya que eso me permite ver lo que hay al otro lado, cosa que alguien más bajito no podría hacer. Aunque también puede considerarse una maldición porque ansío lo que veo y no lo puedo tener. Ansío la libertad y la vida que hay al otro lado. Desde mi pequeña ventana soy capaz de observar el aparcamiento para personal, la entrada de hierro que solo se puede abrir y cerrar desde la garita de los guardias y la alta verga electrificada que lo rodea todo. Pero lo que yo ansío es lo que hay mas allá. Un pequeño parque, con árboles de hojas marrones y algunos hierbajos ya secos por la estación. Al lado hay unas canchas de baloncesto antiguas con las canastas ya oxidadas y las redes rotas. Aún así unos chicos están jugando en ellas y parecen divertirse. Corren, chillan y saltan mientras se pasan la pelota e intentan marcar una canasta para su equipo. Los miro y los envidio. Envidio su libertad, su risa despreocupada y su cabello moviéndose como solo se puede mover cuando el viento del exterior te lo agita. Yo no puedo experimentar eso. Encerrada en mi celda de apenas cinco metros cuadrados con un colchón duro por cama, un inodoro viejo y un lavabo agrietado sin espejo. Todo tiene un color blanco en contraste con el tono gris oscuro de las paredes. Miro la puerta en la pared opuesta a la de la pequeña ventana. Es completamente lisa, sin cerradura y sin bisagras solo con una fina rendija para la comida. Suspiro y vuelvo a mirar por la ventana. Algún día volveré a ser libre yo también. Y el día que mi vida vuelva a estar en mis manos no me la arrebatarán de nuevo. 
 

domingo, 7 de octubre de 2012

Ilusión

Todos los días cuando llega el crepúsculo voy al mismo sitio. A unas vías del tren abandonadas, que ya no se usan y ya nadie recuerda, pues todos han olvidado las vías y lo que allí ocurrió. Hace tantos años que no sabría precisar cuántos, allí acabó el destino de una persona insignificante para el mundo y de una persona que era mi mundo. Todos los días voy y veo a lo lejos su sombra, como una ilusión del pasado. Recuerdo como iba a trabajar por aquí todos los días y luego regresaba. Volvía a casa conmigo día si y día también hasta que una vez no regresó. El que había sido su camino de casa al trabajo y del trabajo a casa, también había sido su camino a la muerte. Parecía irreal, casi una ilusión, pero ahora veo que es real y que la única ilusión es la mía.


Una simple gota

Una gota. Una simple gota escarlata surgiendo de la yema del dedo y deslizándose por él. Se había pinchado con una fina aguja que no había tenido misericordia para traspasar su delicada piel. Ante aquella visión despertaron mis instintos y fijé la vista en el punto vital de su cuello de cisne. Lo acaricié sutilmente para mitigar su miedo antes de marcarla con el distintivo de los míos. Un delgado hilo del destino surgió de dicha marca, dándome el tesoro esperado. Su esbelta figura cayó al suelo sumida en un dulce sopor. Me alejé de allí dedicándole una última mirada no a su hermoso rostro, ni siquiera a las heridas que mostraban mi implicación en aquel acto, sino al detonante de aquello. Aquel leve pinchazo del había emergido un punto brillante, causador de desgracias para la mayoría y de placer para unos pocos.

El muro blanco


Estoy sentada frente a un muro blanco,
me rodea una densa niebla gris.
Todo se vuelve oscuro ante mis ojos 
menos ese punto iluminado.

Una soledad abrumadora surge desde el fondo
cubriéndolo todo cual manto de muerte
encerrando la mente en u extraño estado de abandono
hacia el abismo del olvido.

¿A donde ir si muere el pensamiento?
Prueba a elevar las alas y alzar el vuelo,
encamina tu dirección hacia la blanca pureza
que se halla majestuosa ante mi mirada.

El blanco puro es el color del bello sentimiento enamorado
¿Pero qué hacer cuando el amor es solo un sueño
entre las páginas del libro humilde que ya nadie abre
del pobre libro que ya nadie lee?

Roza laspáginas con los dedos
y arranca el sentimiento de ellas.
Inunda de él la realidad mientras se disipa la niebla
para observar el muro blanco frente la que estoy sentada.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Vigilia en el torreón

Contempla el horizonte desde su alta torre
observándolo todo con ojos negros y profundos
cuales ala negra del gran cuervo,
fiel compañero de la eterna muerte.

Peina sus delicados cabellos similares a hilos de seda
poseedores de un brillo de obsidiana oscura,
deslizando el  fino peine de plata y nacar entre ellos
con un exquisito movimiento de sus manos en marfil talladas.

Su piel tan blanca cual nieve recién caída
similar a un reflejo de luna llena.
Su cuerpo esbelto y frágil como un cisne de largo cuello,
que se asoma a la ventana con la esperanza en su pecho.

En su rostro de hermosas y sencillas facciones
con esos labios perfilados en un sutil escarlata
que muestran una sonrisa cansada de esperar
y al ver la lejanía mudan el gesto.

El día en toda su embergadura ya ha pasado 
dando el sol y mañana paso a la luna y noche.
Otra oportunidad perdida en el olvido
sin que llegue el que ha de ser portador de su destino.

Vendrá montado en un caballo de crines blancas
trayendo consigo una llave dorada
que la puerta de roble de la torre abrirá
terminando la vigilia de su eterna amada.

Es el deber de la bella dama el esperar
pues así su padre y señor lo dictaminó
que en el torreón ella siempre aguarde 
hasta que su amado caballero hasta allí cabalgue.

La joven cuenta las lunas pasar
para el tiempo en el torreón transcurrido saber.
Lágrimas vivas le bañan el rostro
cuando se da cuenta que su amado no la vendrá a recoger.

Se desespera entonces loca de dolor
por alcanzar sus ansiados amor y libertad.
Se lanza por la ventana para alcanzar con la muerte a uno
y con su salida del torreón a la otra.